miércoles, 15 de febrero de 2012

Los camiones quitanieves como paradigma del despilfarro

Hace ya muchos años, en un proyecto que hice para AENA, en el que se plateaba la posibilidad de entrar en la puja internacional por la gestión de aeropuertos en diversas partes del mundo, analizando los activos del aeropuerto de Maracaibo, en Venezuela, me encontré con la sorpresa de que en dicho aeropuerto disponían de una serie de flamantes máquinas quitanieves, a todas luces innecesarias pues en Maracaibo, como todo el mundo sabe, no ha nevado nunca. Evidentemente, aquello era un ejemplo prototípico de una toma de decisiones guiada, dicho elegantemente, por criterios que nada tienen que ver con la eficiencia y mucho con el derroche y la apertura de vías para el cobro de comisiones.

Bien, en la actualidad vivo en el corredor de la Crtra. de la Coruña en Madrid. Como cada invierno, desde hace unos años, dicho corredor está plagado de flamantes (porque apenas se han utilizado) caminones quitanieves a la espera de que se produzca la gran nevada, cosa que no sucede casi nunca. Incluso se han establecido puestos de suministro de sal en la propia autopista. Hoy mismo, con un sol esplendoroso y un día frío, dichos camiones están apostados no se sabe bien para qué, siendo evidente que no se va a producir ninguna nevada y mucho menos que implique el uso de recursos de este tipo.

Creo que este es un buen ejemplo del tipo de sociedad que se ha construido en España en los últimos 30 años, en la que, para no tener que hacer las cosas cada uno, como ciudadanos, se ha preferido crear estructuras, cuerpos, grupos especiales, etc. para hacer frente a posibles eventos o condiciones adversas que, en condiciones normales, deberían estar en manos de la población y del voluntariado, salvo en aquellos lugares donde dichos eventos exijan una actuación profesionalizada. Yo mismo he tenido ocasión de vivir en países donde la nieve es algo omnipresente en invierno y puedo asegurar que el uso de medios para combatirla es inferior al número de dispositivos que tenemos aquí (si bien están muy superiormente organizados) donde, salvo en las zonas de montaña, las nevadas no son especialmente cuantiosas y otros eventos de naturaleza similar son raros. 

Quiero decir con esto que es consustancial al gestor inútil protegerse y gastar para evitarse problemas, reflexionando lo justo o nada. Al final, ¿qué pasaría si una carretera estuviese cerrada, o un aeropuerto, o muchas personas estuvieran en un atasco? Sería una lata, por supuesto, pero ¿no lo es de forma más recurrente en New York, París, London, Beijing, Tokyo, Stokholm, y tantas otras ciudades, sin llegar a montarse las peloteras que se montan en este país? Creo que si se analiza el coste-beneficio asociado a la disposición de determinados medios, podríamos llegar a la conclusión de que su única justificación es evitar el posible coste político ante una sociedad emborrachada de falsa opulencia.

No se puede, ni debe, matar moscas a cañoñazos y desgraciadamente tenemos demasiados cañones (financiados con dinero de todos) y elementos dispuestos a dispararlos (también financiados por nuestro dinero).

domingo, 5 de febrero de 2012

Homenaje a Karma Chacón (Ruby Ruby)



Let it never be said that romance is dead
'Cos there's so little else occupying my head
There is nothing I need 'cept the function to breathe
But I'm not really fussed, doesn't matter to me

[chorus:]
Ruby, ruby, ruby, ruby
Do ya, do ya, do ya, do ya
Know what ya doing, doing to me?
Ruby, ruby, ruby, ruby

Due to lack of interest tomorrow is cancelled
Let the clocks be reset and the pendulums held
'Cos there's nothing at all 'cept the space in between
Finding out what you're called and repeating your name

[chorus]

Could it be, could it be, that you're joking with me
And you don't really see you with me
Could it be, could it be, that you're joking with me
And you don't really see you with me

[chorus]

Do ya, do ya, do ya, do ya
What ya doing, doing to me?

By the Kaiser Chiefs

sábado, 4 de febrero de 2012

Hitler, Mussolini, Stalin (el trío la-la-la de la historia)

Emil Ludwig fue periodista en el Berliner Tageblatt y se dedicó a escribir biografías. Después del triunfo de Hitler, en 1932 se exiló en Suiza. En su magnífico, excelso y clarividente libro, compuesto y traducido por Francisco Ayala en su exilio bonaerense, Tres dictadores: Hitler, Mussolini y Stalin (1939), dice Ludwig que, al comparar a los tres dictadores, salta "la nota común de una voluntad de poder que no consiente ningún escrúpulo, que aniquila a todo enemigo, que no conoce moral ninguna, consideración o caballerosidad. De ahí viene el fin de toda libertad para aquellos sobre quienes dominan, la asfixia de todo discurso viril de oposición, el menosprecio de la multitud, la persecución del espíritu."

Los tres comparten "tres sentimientos profundamente arraigados: mínima capacidad de amor, gran capacidad de odio y un predominante sentimiento de sí mismos". Stalin y Hitler están unidos por "sentimientos predominantes de venganza, así como por la falta de ilustración". Stalin y Mussolini están unidos por "el coraje, la paciencia, el realismo, la normalidad sexual, el desprecio del dinero, condiciones a las que es ajeno Hitler". Hitler y Mussolini están unidos "por la vanidad, la falta de humorismo, la superstición, el desprecio de la multitud y el desprecio de la idea que fingen servir. Estas cinco condiciones son ajenas a Stalin". Resulta de  ello que, de los tres, "el único convencido es Stalin, el único con personalidad Mussolini, y el único loco Hitler."

Sugiere ya por aquel entones Ludwig que la solución de Europa pasa por su unión, como única tabla de salvación ante el ascenso recurrente de mandatarios sin escrúpulos que utilizan el poder para aniquilar cualquier discrepancia o intervenir en cualquier asunto nimio a los ojos de aquel que contempla el poder como un medio de servir a sus conciudadanos y no como una prebenda personal.

miércoles, 1 de febrero de 2012

¿Por qué deben cambiar las leyes de derechos de autor? (1ª parte)

La historia de los derechos de autor se inicia con los derechos y monopolios sobre la impresión de libros. El Estatuto de la Reina Ana, de origen británico, de 1710, cuyo título completo es "Ley para el Fomento del Aprendizaje, al permitir las copias de libros impresos por los autores o de los compradores de tales copias, durante los tiempos mencionados en la misma", fue el primer reglamento que concibió de forma legal los derechos de autor. En un principio los derechos de autor sólo se aplicaban a la copia de libros. Con el tiempo se contemplaron otros usos, tales como traducciones y obras derivadas, que fueron sujetas a derechos de autor además de abarcar ahora una amplia gama de obras, incluyendo mapas, obras teatrales, pinturas, fotos, grabaciones sonoras, películas y programas de ordenador.

Hoy en día las leyes nacionales de derechos de autor se han normalizado en cierta medida a través de acuerdos internacionales y regionales, como el Convenio de Berna y la Directivas Europeas de derechos de autor. Aunque hay consistencia entre las leyes de propiedad intelectual de las naciones, cada jurisdicción tiene leyes distintas y separadas y diversos reglamentos sobre derechos de autor. Algunas jurisdicciones también reconocen derechos morales de los creadores, tales como el derecho a ser acreditado por el trabajo.

El "Copyright" (Denominación inglesa, hoy de uso mundial) son derechos exclusivos que concede el autor o creador de una obra original, incluido el derecho a copiar, distribuir y adaptar su trabajo. Los derechos de autor no protegen las ideas, sólo su expresión o fijación. En la mayoría de las jurisdicciones los derechos de autor surgen de la fijación y no es necesario estar registrado. Los dueños de copyright tienen el derecho exclusivo legal para ejercer el control sobre la copia y todo tipo de explotación de las obras durante un período específico de tiempo, tras el cual se dice que el trabajo pasa a entrar en el dominio público. Los usos que están cubiertos por las limitaciones y excepciones al derecho de autor, como el uso justo, no requieren de permiso del propietario del copyright. Cualquier otro uso requiere el permiso y los propietarios de derechos de autor puede licenciar o transferir de forma permanente o ceder sus derechos exclusivos a los demás.

Hasta aquí los conceptos en liza. Una primera afirmación que puede realizarse es que los derechos de autor son, esencialmente, cosa del S.XIX, aunque haya antecedentes más tempranos. También son cosa del S.XIX, los siguientes inventos:
1801 – RADIACIÓN ULTRAVIOLETA – Ritter, Johann Wilhelm – GERMAN
1803 – TEORÍA ATÓMICA – Dalton, John – INGLATERRA
1807 – BARCO DE VAPOR – Fulton, Robert – EE.UU.
1810 – CONTROL DE NAVEGACIÓN AERÓSTATOS – COLOMBISE, MIGUEL – ARGENTINA
1813 – MAQUINA HILADORA – TEJEDA, ANDRÉS – ARGENTINA
1813 – HERRAMIENTAS METALÚRGICAS, ARNESES Y BATANE – BELTRÁN, FRAY LUIS – ARGENTINA
1816 – FOTOGRAFÍA (ELEMENTAL) – Niepce, Nicéforo – FRANCIA
1819 – ELECTROMAGNETISMO – Oersted, Hans Christian – DINAMARCA
1819 – ESTETOSCOPIO – Laennec, René Theophile – FRANCIA
1821 – TERMOELECTRICIDAD – Seebeck, Thomas – ALEMANIA
1825 – BRAILLE, SISTEMA – Braille, Louis – FRANCIA
1826 – CERILLA (FÓSFORO DE FRICCIÓN) – Walker, John – INGLATERRA
1829 – LOCOMOTORA DE VAPOR – Stephenson, George – INGLATERRA
1830 – INDUCCIÓN ELECTROMAGNÉTICA- Henry, Joseph – EE.UU.
1830 – MÁQUINA DE COSER (PRIMERA) – Thimmonir, Barthélemy – FRANCIA
1830 – TERMOSTATO – Ure, Andrew – FRANCIA
1833 – BABBAGE, MÁQUINA ANALÍTICA DE (MÁQUINA MECÁNICA PARA CÁLCULO) – Babbage, Charles – INGLATERRA
1833 – ELECTRÓLISIS – Faraday, Michael – INGLATERRA
1834 – REFRIGERADOR (COMERCIAL) – Perkins, Jacob – EE.UU.
1835 – FOTOGRAFÍA (MEJORADA) – Niepce, Nicéforo Daguerre, Louis – FRANCIA
1835 – MORSE, CÓDIGO -Morse, Samuel Morse- EE.UU.
1835 – PAPEL FOTOGRÁFICO – Talbot, William Henry – INGLATERRA
1837 – MOTOR DE CORRIENTE DIRECTA – Davenport, Thomas – EE.UU.
1838 – TELÉGRAFO – Morse, Samuel Finley – EE.UU.
1839 – DAGUERROTIPO – Daguerre, Jacques-Mandé – FRANCIA
18.. – GRAPADORA – Rey Luis XV de Francia
1846 – QUEROSENO- Gesner, Abraham – CANADÁ
1846 – MÁQUINA DE COSER COMERCIAL – Howe, Elias – EE.UU.
1848 – CERO ABSOLUTO – Kelvin, Lord /Thompson – INGLATERRA
1849 – TURBINA HIDRÁULICA – Francis, James B. – EE.UU.
1851 – ASCENSOR – Otis Grave, Elisha – EE.UU.
1851 – CERRADURA DE CILINDRO – Yale, Linus – EE.UU.
1851 – FOUCAULT, PÉNDULO DE – Foucault, Jean Bernard – FRANCIA
1851 – LOCOMOTORA ELÉCTRICA – Vail, Alfred – EE.UU.
1852 – GIROSCOPIO – Foucault, Jean Bernard – FRANCIA
1854 – ODÓMETRO – McKeen, Samuel – CANADÁ
1855 – BUNSEN, QUEMADOR DE GAS – Bunsen, Robert W. Eberhard – ALEMANIA
1857 – CABLE TELEGRÁFICO SUBMARINO – Newton Gisborne, Frederick – CANADÁ
1859 – BATERÍA RECARGABLE – Planté, Gaston – FRANCIA
1860 – MOTOR DE COMBUSTIÓN INTERNA (PRIMERO) – Lenoir, Etienne – FRANCIA
1865 – PULLMAN (COCHE DORMITORIO) – Pullman, George – EE.UU.
1867 – MÁQUINA DE ESCRIBIR MECÁNICA – Sholes, Christopher Latham – EE.UU.
1867 – MOTOR DE EXPLOSIÓN DE 4 TIEMPOS – Otto, Nikolaus A. – ALEMANIA
1872 – MOTOR DE GASOLINA – Brayton, George B. – EE.UU.
1874 – MÁQUINA DE ESCRIBIR (PRIMERA COMERCIAL) – Sholes, Christopher Latham – EE.UU.
1875 – MOTOR DE COMBUSTIÓN INTERNA – Marcus, Siegfried – AUSTRIA
1876 – NUEVO TIPO DE AERÓSTATO – O´Donell, Elías – ARGENTINA
1876 – MICRÓFONO DE CARBÓN (PARA TELÉFONO) – Edison, Thomas Alva – EE.UU.
1876 – TELÉFONO – Bell, Alexander Graham – EE.UU.
1877 – FONÓGRAFO – Edison, Thomas Alva – EE.UU.
1877 – MICRÓFONO DE CONDENSADOR – Berliner, Emile – EE.UU.
1877 – PLANEADOR (AVIACIÓN) – Lilienthal, Otto – ALEMANIA
1877 – SOLDADURA DE ARCO ELÉCTRICO – Thomson, Elihu – EE.UU.
1878 – ALTERNADOR ELÉCTRICO (GENERADOR C.A.) – Gramme / Fontain – FRANCIA
1879 – LÁMPARA O BOMBILLA INCANDESCENTE – Edison, Thomas Alva – EE.UU.
1880 – SISMÓGRAFO – Milne, John – JAPÓN
1882 – COCINA DE HORNILLA ELÉCTRICA – Ahearn, Thomas – CANADÁ
1882 – VENTILADOR ELÉCTRICO – Wheeler, Schuyler Skaats – EE.UU.
1883 – TRANVÍA ELÉCTRICO – Wright, John Joseph – CANADÁ
1884 – DIAPOSITIVA, FOTO (PELÍCULA PARA TRANSPARENCIAS)Eastman / GoodwinEE.UU.
1884 – LINOTIPO – Mergenthaler, Ottmar – EE.UU.
1884 – TRANSPARENCIAS (FOTOS DIAPOSITIVAS) – Eastman / Goodwin – EE.UU.
1884 – TURBINA DE VAPOR – Parsons, Charles – INGLATERRA
1885 – AUTOMÓVIL O COCHE DE GASOLINA – Benz, Karl – ALEMANIA
1885 – BICICLETA (PRÁCTICA) – Starley, John Kemp – INGLATERRA
1885 – MOTOR DE GASOLINA (PRIMERO PRÁCTICO) – Benz, Karl – ALEMANIA
1885 – MOTOCICLETA – Daimler, Gottieb – ALEMANIA
1885 – TRANSFORMADOR DE CORRIENTE ALTERNA – Stanley, William – EE.UU.
1885 – TRANSMISIÓN DIFERENCIAL – Benz, Karl – ALEMANIA

1887 – CÁMARA INFLABLE (PARA VEHÍCULOS) – Dunlop, John Boyd – ESCOCIA
1887 – CILINDRO DE GRABACIÓN – Bell / Tainter – EE.UU.
1887 – DISCO PARA GRAMÓFONO – Berliner, Emile – EE.UU.
1887 – LENTES DE CONTACTO – Frick, Eugen – EE.UU.
1887 – TROLLEY ELÉCTRICO – Sprague, Frank – EE.UU.
1888 – CÁMARA FOTOGRÁFICA PARA AFICIONADOS – Eastman, George – EE.UU.
1888 – CILINDRO DE CERA PARA GRABACIÓN – Edison, Thomas Alva – EE.UU.
1888 – MOTOR ELÉCTRICO (DE CORRIENTE ALTERNA) – Tesla, Nikola – EE.UU.
1888 – ONDAS DE RADIO – Hertz, Rudolph Heinrich – ALEMANIA
1888 – SUBMARINO (PRIMERO OPERATIVO) – Peral, Isaac – ESPAÑA
1889 – CINEMATÓGRAFO – Lumière, Augusto Lumière, Luis – FRANCIA
1889 – HOLLERITH (TARJETA PERFORADA) – Hollerith, Herman – EE.UU.
1890 – QUINETOSCOPIO – Edison, Thomas Alva Dickson, William K. L. – EE.UU.
1890 – MARTILLO NEUMÁTICO – King, Charles – EE.UU.
1891 – SISTEMA DACTILOSCÓPICO – Vucetich, Juan – ARGENTINA
1891 – SUBMARINO (PRIMERO CONSTRUIDO EN SERIE) – Holland, John – EE.UU.
1891 – TELÉFONO DE DISCADO AUTOMÁTICO – Stowger, Almon Brown – EE.UU.
1892 – ACETILENO (PROCESO DE PRODUCCIÓN) – Wilson, Thomas L. – CANADÁ
1892 – AUTOMÓVIL O COCHE ELÉCTRICO – Morrison, Carl – EE.UU.
1892 – DIESEL, MOTOR – Diesel, Rudolf – ALEMANIA
1892 – FOTOGRAFÍA DE COLORES – Ives, Frederick – EE.UU.
1893 – CARBURADOR DE GASOLINA – Maybach, Wilhelm – ALEMANIA
1893 – CREMALLERA (ELEMENTAL) – Whitecom, L. Judson – EE.UU.
1893 – PELÍCULA DE CELULOIDE (INFLAMABLE) – Reichenbach, Henry M. – EE.UU.
1895 – RAYOS-X – Röntgen, Wilhem Konrad – ALEMANIA
1895 – TELEGRAFÍA ANALÁMBRICA – Marconi, Guglielmo – ITALIA
1896 – RADIOACTIVIDAD – Becquerel, Henry – FRANCIA
1897 – ASPIRINA (ÁCIDO ACETIL SALICÍLICO) – Hoffmann, Felix – ALEMANIA
1897 – ELECTRÓN – Thomson, Sir Joseph John – INGLATERRA
1897 – OSCILOSCOPIO – Braun, Karl Ferdinand – ALEMANIA
1899 – GRABADORA DE CINTA – Poulsen, Valdemar – DINAMARCA
1900 – DIRIGIBLE – Zeppelín, Ferdinand von – ALEMANIA
1900 – RAYOS GAMMA – Villard, Paul Ulrich – FRANCIA


Es necesario destacar entre estos inventos el disco para gramófono, el cinematógrafo, o la grabadora de cine, tan de actualidad por la lucha por los derechos de autor. La mayor parte de estos inventores, creadores, artistas, en el mejor de los casos, se limitaron a patentar y cobrar los derechos derivados del uso de sus patentes durante 20 años, siendo la industria que desarrolló dichos inventos la que se benefició en mayor medida de los mismos.

Nadie niega el derecho que asiste a los autores de cualquier obra, no sólo artística (¿por qué habría de ser diferente?), el que puedan vivir, en algunos casos muy bien, de su trabajo. En mi opinión, tienen dos alternativas: constituirse en empresarios de su propia obra, comercializándola a través de los distintos canales existentes (venta directa -conciertos-, venta on-line, venta off-line, etc.), o vendiendo su obra a un tercero (canal de distribución, editor, estudio o sello) que corra con el riesgo, por un precio justo, de mercado. 

No veo el porqué, un arquitecto, artista en muchos sentidos, se limita a cobrar por el proyecto arquitectónico y por la dirección de la obra (nunca un porcentaje sobre las visitas que recibe su obra) y, sin embargo, un cantante, además del down payment inicial, tiene que cobrar por el número de veces que su obra se airea en virtud de una forma de entender los derechos de autor que tenía sentido en el pasado, porque obedecía a la dificultad de llegar al público (era un mercado menos masivo) y porque hacía más llevadero para las empresas comercializadoras el pago a los autores.

El modelo de remuneración y de negocio ha cambiado merced a la globalización y a la banalización de los contenidos artísticos, a la cual no han contribuido poco los propios autores (en busca de un mayor volumen de ventas).

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